viernes, 28 de diciembre de 2018

EL NIÑO JESUS ENSEÑA EN EL PORTAL DE BELÉN

 “EL NIÑO JESUS ENSEÑA EN EL PORTAL DE BELÉN”.

FECHA:  HOMILÍA DIA CUARTO DE NOVENA NIÑO DIOS  / 2018

Durante siete días la Iglesia a lo largo del mundo celebra la Novena del Niño Dios, la cual coincide con el recuerdo diario de las profecías de Isaías, sintetizadas en las denominadas “antífonas de la O”, porque cada una de ellas tiene como encabezada la exclamación “oh”, la cual quiere dar relevancia a la expresión siguiente, que responde a los diversos nombres dados a Jesús en el Antiguo Testamento.  En este cuarto día de la Novena corresponde: “Oh, Llave de David y Cetro de la Casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven u liberar a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!”. Las palabras del profeta nacido en Jerusalén, y cuyo nombre evoca a Dios Salvador anunció: “Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro, abrirá, y nadie cerrará, cerrará y nadie abrirá” (Isaías XXII, 22).
Tales nombres si los leemos de modo inverso forman un “acróstico latino” que dice: “Ero Cras”, es decir: “Yo vendré mañana”. En la Inglaterra medieval, aquella que tantos santos dio a la Iglesia, incluyeron una variación en honor a la  Virgen María, que aún se entona en la Catedral de Canterbury donde el acróstico dice: “verdaderamente mañana”.
Sin duda, para nuestro Colegio, que a lo largo de todo este tiempo ha venido celebrando sus primeros cien años de existencia, es motivo de gratitud poder celebrar el largo tiempo transcurrido, el cual habría sido imposible sin la gracia que viene de lo alto. En efecto, es propio de nuestra naturaleza espiritual ser agradecidos de Dios, toda vez que mientras más el hombre ve su lugar en el mundo y lo enmarca en el contexto del universo, descubre su pequeñez y fragilidad, por lo cual desde la indigencia es más fácil percibir la voz de Dios, y más simple descubrir su presencia.
Nuestro Señor Jesús dijo: “Si no os hacéis como niños no entrareis en el Reino de los cielos”. ¿Qué enseña Jesús con ello? Indudablemente nos invita a crecer en la fe, abandonando nuestra realidad y nuestro futuro en la libérrima y santa voluntad del Padre de los Cielos. ¿Qué más frágil figura que la de un niño en el vientre materno, hoy gravemente amenazado por tres diversas causales? ¿Qué más débil realidad que la de un recién nacido envuelto en pañales, anunciado por los ángeles?

SACERDOTE JAIME HERRERA

 Quien existía desde siempre, aquel cuyo poder hace palidecer el universo entero, vino al mundo,  no bajo una temporal apariencia sino haciéndose semejante a cada uno de nosotros menos en el pecado, lo cual nos hace experimentar la presencia divina como cercana e involucrada en toda nuestra vida.
En los tiempos que vivimos de tanta fragilidad en la vivencia de la fe, producto de un agudo desconocimiento de las verdades inherentes a ella, es necesario una vez más citar el momento que marca indeleblemente un antes un después en la Historia de la Salvación y del  mundo entero: “Et verbum caro factum est et habitabis in nobis”El momento de la Encarnación desvanece las antiguas creencias de múltiples divinidades y sepulta de concepción de dioses que desde un balcón miran la vida humana sin intervenir.
En efecto, Jesucristo que nace en Belén nos enseña que Dios se hace hombre para que el hombre sea como Dios, por lo cada gracia concedida desde el Cielo por Jesús tiene aroma de cielo y tierra, tan divina como humana a la vez, por lo cual Aquel que un día nos llamo a la existencia, no dejará de conducirnos a Él con nosotros, tal como enseñó hermosamente San Agustín de Hipona: “Quien te creó sin ti no te salvará sin ti”.
Lo anterior lleva a asumir que por medio de nuestra vida Dios interviene en el mundo, por lo que en la medida que podamos vivir en su presencia, en seguir todos sus designios, en obedecer todos sus mandamientos, actuaremos eficazmente y estaremos insertos como parte del mismo cuerpo.
Alejados de Cristo no hay salvación posible, tal como los sarmientos están unidos a la vid, de manera semejante este tiempo litúrgico nos invita a estar  unidos a la fuente de toda gracia que es Jesús, recordando que en el pasado presente y futuro, con toda probabilidad el afán modernista de prescribir al Señor de la vida familiar y social no sesgara en su esfuerzo de alzar nuevas Torres de Babel, bajo el aromático y dulce lenguaje del relativismo, que como cicuta envenena las mentes y los corazones. El mal en su mayor expresión es capaz de cautivar por el escaso bien que contiene, tal como la mentira  seduce por la ínfima verdad que puede encerrar. De todo esto bien lo sabe el demonio: lo hizo en el Paraíso terrenal con Adán y Eva, y lo reitera nuevamente “como león rugiente que busca devorar” a lo largo de toda nuestra vida.
                             IGLESIA CERRO TORO CHILE

Nunca olvidemos que la maravilla del nacimiento de Cristo hace dos milenios, estuvo antecedida por “puertas cerradas” que manifestaron que no había lugar para Jesús y la Sagrada Familia. Durante su vida pública, el mensaje del Señor, revestido de múltiples milagros -39 en total- atraía a grandes muchedumbres, las cuales ante las exigencias propias anunciadas por Jesucristo, terminan colocándolo en el madero de la Cruz, por el cual nos viene la salvación. El mismo Cristo, presente en Belén y Jerusalén nos invita en estos días santos a “abrir las puertas” de corazón y la mente a persona de un recién nacido. Nada más simple, nada más exigente…
Entendámoslo claramente: La vida cristiana no consiste en que es el hombre quien busca a Dios primero, sino en que Dios ha tomado la iniciativa de darse a conocer a nosotros, viniendo a nuestro encuentro cotidianamente de manera, real y substancial en cada Eucaristía, enviando  su verdad en la Santa Biblia en la cual Dios nos  habla hoy; mostrando su bondad por medio de la gracia en el alma de cada uno y de quienes están a nuestro alrededor, según lo cual, para un auténtico católico cada jornada, cada acontecimiento estará revestido de una eternidad engastada en las obras de misericordia espirituales y materiales, jugándose la vida en ello.
Quienes estamos insertos en el mundo de la educación desde hace décadas, podemos repetir lo que el anciano Sumo Pontífice señalaban a los jóvenes provenientes del mundo entero con ocasión del Jubileo de Milenio: “Hay un proverbio polaco que dice: Si vives con los jóvenes, también tu deberlas ser joven”. Así regreso rejuvenecido. Una vez más os saludo a todos vosotros, especialmente a los que están mas al fondo, en la sombra, y no ven nada. Pero si no han podido ver, ciertamente han podido escuchar este bullicio. Este bullicio ha impresionado a Roma y Roma no lo olvidará jamás” (Juan Pablo II en Tor Vergata, 19 agosto 2000). ¡Dos alumnos de nuestro Colegio estaban en ese lugar aquel día!
Sin duda, en un Colegio se envejece más lentamente porque se está en permanente contacto de aquellos que  en el amanecer de sus vida están llenos de ideales, proyectos e iniciativas, y sabido es que uno sólo comienza a envejecer cuando el termómetro de los proyectos es menor que el de los recuerdos.  De igual modo, la fidelidad, la generosidad, y la piedad son virtudes que mantienen lozana el alma evitando la corrosión de las costumbres ciegas y de la tibieza espiritual conducente a una añeja  mediocridad.

VIRGEN DE GUADALUPE


El Portal de Belén nos habla de la verdadera fe, esperanza y caridad, que deben iluminar nuestra vida y la de nuestro Colegio, tan arraigadas en la comunidad. Ninguna circunstancia, ninguna persona, ninguna fuerza está por sobre lo que Dios quiere de bien para quienes le pertenecen.
¡Con Dios se entenderán un día quienes abusen de cualquier manera de los niños y jóvenes, debiendo dar grave cuenta de cada una de sus palabras y acciones!
Cada año el mundo celebra el Once de Noviembre la finalización de la Primera guerra Mundial. Este Año venidero, a lo largo de todo Chile se comenzará a preparar la conmemoración del  Quinto Centenario de la realización de la Primera Misa celebrada en Chile un día 11 de Noviembre de 1520.
Según esto, ha de doblegarse el esfuerzo por hacer que todos los alumnos en edad de recibir a Jesús Sacramentado lo hagan efectivamente, para lo cual debemos doblegar esfuerzos e iniciativas, primera de las cuales ha de ser rezar a Dios y ofrecer sacrificios, especialmente en la participación de la Santa Misa dominical.
A la Virgen Santísima contemplamos embarazada en estas horas: A sólo cuatro días de dar a luz recordamos la ternura de la madre que acoge en toda circunstancia; miramos la entereza de la madre que no se doblega ante ninguna adversidad tratándose de la vida y seguridad de sus hijos, y, finalmente, percibimos la fidelidad de aquella Madre de la cual nunca se ha oído decir que quien a Ella implorase no obtuviera pronta y segura respuesta a sus plegarias.
¡Viva Cristo Rey!

martes, 6 de noviembre de 2018

JESÚS EUCARISTÍA RAÏZ DE NUESTRA ESPERANZA


TEMA  :            “JESÚS EUCARISTÍA RAÏZ DE NUESTRA ESPERANZA”.

FECHA:  HOMILÍA PRIMERA COMUNIÓN SAINT PETER’S SCHOOL  /  2018.

Con inmensa alegría nos reunimos para celebrar la Santa Misa de Primera Comunión de un grupo de alumnos del Saint Peter’s School. Lo hacemos en un triple contexto que nos abre el abanico de la gracia de Dios: La celebración del Año Eucarístico Nacional. Los mayores recordamos los grandes encuentros que hubo en Chile en torno a la presencia de Jesús sacramentado, particularmente  el realizado en 1980, el cual colmó de fieles el magno Estadio Sausalito. Este Año se inició con la visita del Romano Pontífice y culminará, Dios mediante,  en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
En segundo lugar,  resulta imposible obviar lo que está siendo la celebración del Primer Centenario de la fundación de nuestro  Colegio. Un siglo de bendiciones y fidelidades en torno a procurar la mejor educación de los alumnos que no puede obtenerse eficazmente sin una oportuna y seria formación espiritual, para lo cual,  resulta necesaria la asignatura de religión católica en todo el crecimiento de nuestros alumnos desde la pre-básica hasta cuarto año medio.


                                                 PASTORAL SAINT PETER’S SCHOOL CHILE
Mientras más adelante se avanza en el conocimiento,  más amplia ha de ser la educación referida a la Fe, toda vez que la ciencia con toda su riqueza conduce necesariamente a una rica vida espiritual, ávida de ahondar en la verdad, el bien y la belleza,  los cuales como en una melodía deben subsistir armónicamente unidos.

En tercer lugar, no menor resulta hacerlo al estar en un templo dedicado a la Virgen María, tan profundamente enraizado en la cultura inglesa, la cual,  durante siglos ha bebido la sabia de la fe regada con la fidelidad de los primeros misioneros llegados a la isla de los santos en el siglo IV, y que no ha dejado de entregar los frutos de santidad y martirio como germen de nuevos hijos de la Iglesia por medio de la persecución. La entrega del Santo Escapulario que constituye un verdadero seguro de vida eterna, está unido al mundo anglosajón en la persona del religioso carmelita inglés  San Simón Stock quien lo propagó por el mundo entero.
Celebración que se hace en día sábado que la Iglesia dedica a honrar a la Virgen madre, dada por Jesús en lo alto de la Cruz: “Mujer ahí está tu hijo” (San Juan XIX, 27)

Hoy queremos  detenernos en la figura maternal de la Virgen María,  de la cual se refleja nuestra Iglesia instituida por Jesús. Ella,  como la Virgen Santísima, es Madre, ella como nuestras mamás, es Madre de verdad.
a). La madre es maestra: Enseña en todo momento. No se cansa de buscar una nueva oportunidad para impartir una lección. No decae su esfuerzo hasta que logra encaminar a quien es sangre de su sangre y vida de su vida. Porque es su hijo le enseña con viento a favor o viento en contra,  aunque deba soportar las tempestades de la incomprensión y hasta el menosprecio de quien es el  fruto de sus entrañas. No duda en exigir, no duda en proponer sacrificios porque ella los ha enfrentado primero.
b). La madre es virtuosa: Porque “un ciego no puede guiar a otro ciego” (San Lucas VI, 39), la madre es fuente de virtudes divinas y humanas, que no se avergüenza de postergarse y hacerse casi invisible con el fin que cada uno de sus hijos crezcan en lo fundamental como es la virtud. ¿De qué le sirve a un hijo ser letrado si acaso no es buena persona? Uno vale lo que vale para Dios, en tanto que  valemos lo que amamos, toda vez que “donde está nuestro tesoro allí estará nuestro corazón”. Una madre –como nadie- sabe qué requiere el hijo para ser mejor, y no dudará en exigir lo que sea necesario para que vaya por el buen camino que no puede ser otro que el de crecer en las virtudes.
c). La madre es paciente: El hecho de estar nueve meses en el vientre materno, con todo lo que ello implica, hace que las madres vivan esperando, son especialistas en descubrir que para que exista un nacimiento feliz debe haber un cuidado permanentemente en los meses de embarazo. De igual manera,  es la madre la que no se cansa de esperar las primeras palabras y  los primeros pasos de sus hijos, también en plano de la fe y de la vocación.
d). La madre es intercesora: Allí donde está un hijo en problema está la madre dando la cara. Su cercanía no defrauda a pesar de la debilidad y maltrato de los hijos. Es conocido el refrán que “una madre puede cuidar diez hijos pero no siempre diez hijos pueden cuidar de una madre”.  ¿Por qué tan honda ingratitud? Misterio que asume aquella que por ser gestora y portadora de la vida sabe que es la segura medianera de las bendiciones de Dios.

SANTA MISA PRIMERA COMUNIÓN VIÑA

 De nodo semejante hoy queremos que esta Primera Comunión les lleve a amar vivamente a nuestra Madre la Iglesia. Como lo hicieron los primeros discípulos  los cuales se tuvieron como sujetos de apostolado cumpliendo el mandato dado por el Señor  Jesús en lo alto del Monte  Tabor: “Vayan  al mundo entero enseñando lo que yo les he dicho y bautizando” (San Mateo XXVIII, 19-20).
Ellos no disponían de tantos medios técnicos…no poseían mayores conocimientos…no eran poliglotas cosa importante  para poder comunicarse…no tenían organigramas ni planes de pastoral prestablecidos, entonces,  resulta evidente preguntarse respecto de cómo fueron ellos capaces de ir por el mundo entero, de hacer que un mensaje dado en un territorio muy reducido, por una sola persona que era Jesús, se haya podido expandir a todos los confines del mundo conocido hasta entonces y, permanezca vigente en gran parte del mundo conocido en la actualidad.
La respuesta no está en la técnica ni en los medios, tampoco en las humanas capacidades y conocimientos, la respuesta permanece anclada en la gracia dada por el Señor Jesús que los llamó y los constituyó como continuadores de su misión. Por eso,  responden: “En tus manos echaremos nuevamente  las redes”…”Señor, ¿Dónde podemos ir? ¡Sólo tu tienes palabras de Vida Eterna!” (San Juan VI, 68).
Teniendo a Jesús en sus vidas, procurando crecer en las virtudes de la fe esperanza y caridad, por medio de la oración confiada y la frecuente recepción de los sacramentos podemos tener la certeza que  nada –absolutamente- nada nos desviará del buen camino de buscar en todo y siempre la santidad.
El gran Apóstol San Pablo así lo explicita: “¿Quién nos arrebatará el amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? Más, en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó. Porque persuadido estoy que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo venidero, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá arrancarnos al amor de Dios en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos VIII, 35-39).
Hoy viene Jesús sacramentado por primera vez a vuestra alma. Todos hemos tenido la experiencia de la pureza que encierra lo nuevo: un amanecer (con el roció matinal de nuestros campos), una página en blanco (al inicio del año escolar) , el verdor de un campo primaveral, en cada uno de ellos todo anuncia la esperanza, todo invita a la creatividad, todo exhorta al despertar.
De modo similar, el acto de la primera vez que se recibe a Jesucristo nos despierta la fe para evitar la somnolencia de la mediocridad espiritual, nos hace buscar insospechados caminos para la vivencia de la caridad fraterna nacida y sostenida desde el amor a Dios.


                                           SACERDOTE JAIME HERRERA GONZÁLEZ
De modo misterioso, porque vuestros padres se han preparado en la Catequesis Familiar, porque ustedes se han confesado y se han dejado perdonar con las palabras de la absolución: “yo te absuelvo de todos tu pecados”, porque de rodillas inclinarán el corazón para recibir a Jesús Sacramentado, todo ello es motivo fundado de la verdadera esperanza propia del creyente que coloca en Cristo su seguridad. Junto a Él solo puede haber belleza, bondad y verdad, lejos de Él no deja de surgir lo grotesco, el egoísmo y la mentira.

En consecuencia,  hoy es un día para optar, como muchas veces deberemos hacerlo a lo largo de nuestra vida. Es una hermosa jornada para colocarse del lado de Cristo y de su Iglesia que más allá de las debilidades, pecados y delitos, de algunos de sus miembros, permanece incólume en su caminar, lozana en su búsqueda y firme en el encuentro con Dios que siempre puede más, toda vez que el amor vence siempre y ¡Dios es amor!
(1 San Juan IV, 8).
Como ayer,  hoy con San Alberto Hurtado les digo: “Busquen a Cristo, encuentren a Cristo y vivan con Cristo”. Este itinerario de vida espiritual no tiene fecha de vencimiento ni está sujeto a la caducidad de las modas pasajeras que suelen encandilar la mente y adormecer la voluntad.
Además, es un programa de vida que les garantiza vivir de manera autentica y plena, con la frente en alto al momento de proponer con vuestro apostolado que vale la pena vivir con el amor de Cristo cada uno de los mandamientos, cada una de las enseñanzas que nuestra Iglesia como madre y maestra no deja de darnos.
El camino de la fidelidad es el camino de la felicidad: No hay atajos en este camino, no hay sendas expeditas, sólo Cristo que viene en cada Eucaristía a nuestra vida puede darnos una existencia verdaderamente armónica en la cual,  se integre todo lo que es bueno,  bello y verdadero. Nuestras palabras y acciones, lo que pensemos, digamos y hagamos debe restar revestido de este primer encuentro con Jesús Sacramentado. Sólo Él es capaz de ampliar el corazón para experimentar en primera persona que “Dios nunca es rival de nuestra libertad sino su principal garante(Benedicto XVI).
Hoy nuestra Santa Misa está marcada por la virtud teologal de la esperanza. Porque como niños que son,  encierran la posibilidad de un mundo más cercano a Jesucristo, quien no dudó en colocarlos como ejemplo de su seguimiento diciéndonos: “Si no os hacéis como niños no entrareis en el Reino de los Cielos” (San Mateo XVIII,3).
Hace más de un año hubo (2017) un feroz megaincendio en la  zona central de nuestra Patria, entre las regiones de O’Higgins y El Maule. Más de medio millón de hectáreas quemadas lo erigen como el incendio más grande de toda nuestra historia. Allí donde todo fue arrasado, ha surgido una especie de flor que había sido dada por extinguida hace casi un siglo. Esta noticia publicada hace unas semanas en un  diario capitalino (El Mercurio), nos hace pensar cómo Dios es capaz de mostrar hasta en la misma naturaleza que a pesar de humanamente ver todo arrasado por el fuego  no dejan de manifestarse –ahora-  con su aroma y delicadeza las flores que son vestidas por el mismo Cielo, tal como nos lo recuerda el señor Jesús en el Santo Evangelio: “Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se hecha al horno, Dios la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros?” (San Mateo VI, 24-34).


                                           CAPELLÁN SAINT PETER’S SCHOOL CHILE
Entonces, bien podemos mirar  cómo el Señor no dejará de bendecir a nuestra Iglesia local en medio de la mayor crisis pastoral de su historia,  con el reverdecer de nuevos santos, de nuevas vocaciones, de nuevos movimientos que entreguen la debida lozanía al campo del Señor que es la Iglesia.

No es un entusiasmo etéreo el que nos mueve, sino el concreto amor de Cristo en medio nuestro el que fundamenta nuestra esperanza y fe, a la vez que nos impulsa a vivir la caridad fraterna como sello distinguible de cuantos descubrimos a Jesús como el único: “Camino, Verdad y Vida”
(San Juan XIV, 6). ¡Que Viva Cristo Rey!

jueves, 5 de julio de 2018

¿EL ALMA DE LA FIESTA O LA FIESTA DEL ALMA?


 MISA CENTENARIO SAINT PETER’S SCHOOL JUNIO 2018


Nuestra primera mirada se encamina a dar gracias a Dios por habernos permitido llegar a celebrar esta Misa de Acción de Gracias por los primeros cien años de nuestro Colegio. Sin duda es un momento de bendición de Dios, que pasa en medio nuestro en una fecha y momento histórico tan significativo. Hoy recordamos que no estaríamos aquí si previamente otros no hubiesen puesto el fundamento para poder hacerlo: clérigos, directores, maestros, administrativos, auxiliares, padres de familia, y alumnos. Cada uno, en época diversa colocó ladrillo a ladrillo lo que hoy es nuestro Colegio, por lo que no podría comprenderse el presente sin mirar todo su pasado y quienes formaron parte de él.



El don recibido implica una tarea…una misión, por esto,  más que quedarnos embelesados en cumplir una meta, apoyados en la gracia, asumimos el compromiso del tiempo que viene como una oportunidad para fructificar los dones, las gracias y los talentos que el Señor no ha dejado de colocar en medio nuestro.


Nuestro lema institucional, sacado de los textos de Virgilio “Labor onmia vincit” dice relación con el valor del trabajo humano que forma parte del designio divino dado  al momento de crear al hombre y la mujer. Ciertos de ser un compendio del mundo espiritual y del mundo material, originalmente, experimentamos la debilidad de la naturaleza herida por el pecado original, con lo cual descubrimos que el trabajo es un camino de perfección, que ha de hacerse como huella de salvación y santidad, donde Dios no ha dudado en depositar su confianza en la creatura salida de sus manos para completar su obra creadora por medio del  trabajo humano, uno de cuyos pilares es el mundo del estudio, la educación y la formación integral.

La frase latina completa es: “labor omnia vincit improbus”, es decir “el trabajo constante vence todas las dificultades”. Esto último no deja de tener importancia, particularmente en este tiempo donde la barca de la Iglesia y de la sociedad en general se ven fuertemente zarandeadas por vicisitudes internas y externas, que permiten sacar las mayores virtudes y sacrificios, no exentas de miserias y debilidades ´por las que siempre es necesario reconocer e implorar perdón.



La Biblia nos recuerda que al comienzo de la vida humana en el mundo, hubo dos hermanos Caín y Abel que ofrecían a Dios el fruto de sus trabajos…uno daba lo que encontraba en el suelo –las sobras- aplicando la “ley del mínimo esfuerzo”, en tanto que el otro hermano –Abel- entregaba las primicias de los frutos, es decir lo primero y mejor para Dios. Esto fue motivo de envidia de un hermano hacia otro que finalmente le llevó a eliminar y esconder a su hermano quien al verse interpelado por Dios, altaneramente le respondió: “¿Qué tengo que ver yo con mi hermano? ¿Por qué debo preocuparme de él?”


Insertos en una cultura individualista, donde se suele vivir de modo autoreferente, estamos llamados a dar lo mejor nuestro en cada actividad, recordando que el Señor Jesús de modo personal nos pregunta hoy: “¿Qué dice la gente sobre mí?”.  Para unos no es tema, no existe; para otros es una persona del pasado, que como todo lo añoso es asumido como algo obsoleto sin mayor incidencia en la vida práctica;  unos dicen  que rememora a un profeta como Juan Bautista, Jeremías, Isaías...En cualquier caso, Jesús es visto como un reformador social, un líder temporal que se opone a lo establecido.



Desde la galería de un estadio son innumerables las cosas que se pueden gritar; porque uno es un simple espectador de un acto que otro realiza, por esto,  no cuesta hablar, no cuesta  decir lo que otros dicen respecto  de otro. Los Apóstoles fueron locuaces al hablar en tercera persona, y eso Jesús lo sabía.

De inmediato, mientras se atropellaban en hablar vino una pregunta definitiva: “Ustedes, ¿Quién dicen que soy Yo?” (San Mateo XVI, 15-17).  ¡Como agua fría les cayó la nueva pregunta!  Puesto que ahora les obliga a dar respuesta en primera persona sobre el lugar que ocupa en el corazón de cada uno de ellos. ¡La fe no es resultado de una encuesta es una gracia que Dios gratuitamente nos da!

Surge la voz de uno de ellos. Era –Pedro- al que Jesús le promete asistirlo permanentemente constituyéndolo como fundamento de la fe ante sus hermanos: “Tu eres Pedro, y el poder del mal nunca prevalecerá sobre ti” (San Mateo XVI, 18). Por eso,  estaba llamado a “confirmarlos e la fe” (San Lucas XXII, 32)  con sus palabras y enseñanzas, en tiempos de bonanza y de sequía; le aceptación y rechazo; sabiendo que ese testimonio fundamenta su certeza en Dios que no engaña ni puede ser engañado nunca, y que espera siempre el regreso de quien ha marchado hacia un lugar lejano. Nunca es demasiado tarde para convertirse, porque el hombre puede cansarse de buscar pero ¡Dios jamás se cansa de recibirnos!

El Colegio se fundó en circunstancias humanamente adversas. En efecto, en medio de la Primera Guerra Mundial, en momentos de incertidumbre que darían paso a horas de gran angustia, dolor, y división. Por esto,  meritoriamente el despegue del Colegio pudo apoyarse en las fuerzas dadas por el Señor, lo cual lejos de oponerse al esfuerzo humano,  lo termina elevando y perfeccionando. De tal manera que nada obtenemos que Dios no lo permita y hemos de procurar trabajar como si todo dependiera de nosotros sabiendo que –finalmente- todo depende de Dios. Al inicio, durante y fin de todo acto meritorio está la mano de Dios que crea, acompaña y premia a todo aquel que procura serle fiel.

A quienes Dios ha unido con Él quiere unidos entre sí. El sistema formativo actual suele valorar una creciente integración lo que permite el estudio en grupo, hay juntas de estudio, lo cual es un desafío que permite a todos ejercitar la obra de misericordia: “enseñare al que no sabe”, “corregir al que está equivocado” aplicando la corrección fraterna también en el mundo escolar. Nadie sabe demasiado para  que no deba aprender de otros y con otros.

Nuestro Colegio desde su fundación tuvo en su insignia las imágenes de la Cruz de Jerusalén y las llaves cruzadas que representan el poder dado por Jesús a San Pedro simbolizando la misión temporal y espiritual al decirle: “lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Cien generaciones han llevado con orgullo el estandarte de la cruz en su uniforme en épocas muy variadas, en ocasiones no exentas de sacrificio como diecisiete de ellos que no dudaron en dar su propia vida en medio de  la Segunda Guerra Mundial. ¡Héroes que asumieron la mayor dimensión del Evangelio, puesto que “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los suyos” (San Juan XV, 13).



¿Cómo era la formación hace un siglo? Otra literatura, otros métodos, otros horarios, otras indumentarias, con el común denominador de la fe puesta en Cristo. En cien años más el 2118…otros libros se leerán, otros métodos de enseñanza habrá; otros horarios; otros uniformes, pero allí donde un alumno del Saint Peter’s  se encuentre habrá la misma respuesta nacida desde el alma que diga : “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad” (Salmo XL, 8-9)   ¡Que Viva Cristo Rey!








miércoles, 27 de junio de 2018

: “!YO TE LO ORDENO SAL DE VALPARAÍSO¡”

TEMA  DE  FORMACIÓN  MES  DE  JUNIO  DEL  2018.

Los testimonios impactantes que se han recordado de los hechos acontecidos en nuestra diócesis con  la secta Antares de la luz nos llevó a ver el testimonio de uno de los involucrados que reconoció la imagen del maligno en medio de las llamas el día que sacrificaron un recién nacido de dos meses. Sin duda fue un acto criminal, cuyo origen está  puesto en Satanás.

Hace unos días, en los mismos momentos que desde la santa sede se daba a conocer la aceptación de la renuncia del obispo en Valparaíso y anunciaba el administrador interino, un rayo cayó sobre Valparaíso que hizo retumbar varias localidades, haciendo percibir el sonido de alarmas por gran parte de la ciudad. Sin duda para un no creyente solo fue un signo climático no frecuente, pero para un creyente, de ayer y hoy, tomando los signos de los tiempos vinculados a la escritura santa, no puede pasar desvinculado el hecho de ser como un poderoso llamado de atención respecto de los graves acontecimientos sucedidos al interior de la nuestra diócesis de Valparaíso en las últimas décadas, particularmente originadas al interior del seminario diocesano desde el año 1992 en adelante. Las páginas más tristes pueden ser escritas en estos días al repasar tanta miseria de victimarios y sufrimiento de innumerables víctimas.



El demonio anda como “león rugiente buscando a quien devorar”. “sobre los techos de los conventos” sostuvo la gran Teresa de Ávila. Seria simplista decir que los desvíos son consecuencia de lo que es la sociedad, toda vez que en el fondo ha sido por no dedicarse,  no aceptar,  no vivir “modo fiel a Dios” y su Iglesia que ha sobrevenido una debacle, un derrumbe en la vida espiritual y por esto social.

La Torre de Babel se derrumbó porque hubo falta de sintonía, solo la división propia del Maligno hizo que el edificio se derrumbara,  de modo semejante ha acontecido al interior de una comunidad diocesana hondamente fraccionada que pretendió alzarse al margen de lo que Dios quiere. En el Antiguo Testamento se dice que “en vano se cansan los albañiles si Señor no construye la casa”, lo que evidencia la esterilidad de todo esfuerzo que margina a Dios, en su inicio y fin. Lo que para unos suena pretérito y hasta suele ser  tenido como mitológico, el verdadero creyente no deja de asumir que entre los hechos de la Iglesia, anunciados en los santos evangelios, están las consecuencias de un mundo alzado desde el orgullo y la soberbia que se desentiende de Dios, de uno mismo, del prójimo y de su entorno. 


JUGAR A SER DIOS SE PAGA CARO

El colapso de la Torre de Babel fue ruina para todos los que estaban en su interior de modo semejante la irrupción del maligno por las ventanas, puertas y rendijas de nuestra Iglesia local, sin duda es causa de males en todo ámbito de la vida humana, habida consideración que habiendo sido alzado como “imagio Dei” con su conducta a terminado reflejando el espíritu de las tinieblas con su tono indiferente ante las necesidades del prójimo y activista en todo aquello que trata de dar la  espalda a Dios y sus designios.

¡Si hasta los equipos locales de fútbol están ubicados en el fondo de la tabla de sus respectivas categorías! Igual cosa acontece con la delincuencia desatada, el altísimo índice de suicidios juveniles, la creciente tasa de nulidades, amén de una economía local muy contraída desde hace ya demasiado tiempo para los que la han debido esforzadamente  sobrellevar.

El demonio permitirá que hagamos cualquier cosa con el fin de no servir ni reconocer la primacía del Señor Jesús en nuestra vida y sociedad. Lo expuesto por San Pablo hace dos milenios tiene plena vigencia en nuestros días: ya podemos dar todos nuestros bienes, colocar techos,  usando jeans, poncho y calamorros, ya podemos sacrificarnos por largo tiempo en algo que implica despojarse de tantas cosas, pero si no hay amor en ello,  no vale de nada. Sin duda, la cultura actual ve con ojos favorables todo aquello que le acerque a las fronteras del neo-politeísmo y de una crisis social cuya raíz es espiritual.

En nuestro templo solemos cantar: “Si yo no tengo amor yo nada soy Señor”. Y es verdad: ¿Qué queda de nosotros si el amor desaparece? La respuesta es evidente al ver un noticiero nacional cada noche, el cual cada vez se extiende más y que parece no tener límite en la truculencia de crímenes y maldades.

Por esto, gratamente percibí el mensaje dado por el Administrador Diocesano en Valparaíso al decir en parte de su homilía a Satanás “¡Yo te lo mando, sal de Valparaíso!”, por lo cual,  asumimos una verdad: El demonio ha puesto su pie en nuestra ciudad, en nuestra región. Evidentemente esas palabras no fueron noticia en nuestros diarios, no fueron incluidas en el mensaje oficial publicado por Iglesia.cl, y sólo pueden ser escuchadas en el audio de la radio del Obispado porteño “Stella Maris” de aquel día.

Entonces, tan necesario como urgente hay que desterrar al Demonio por las armas que nos ha dado el Señor, por medio de nuestra Madre y Maestra, la Iglesia,  por medio de los sacramentos, de la oración, de la vivencia de la caridad fraterna,  del espíritu de penitencia, de un plan de vida ordenada hacia la santidad y  el crecimiento de las virtudes.

¡A tales males, tales remedios!  Un conocido sacerdote jesuita chileno, presenta “aspirinas” para que se remedie la extendida lacra del abuso, llegando a insinuar el fin del celibato. No dudo que San Alberto Hurtado, San Agustín Pro, o el mismo San Francisco Javier o San Ignacio de Loyola nunca hayan sabido de eventuales formas de abuso a lo largo de sus vidas, pero jamás habrían dado como solución el fin de una promesa de consagración hecha libremente hacia Dios y recibida por Dios libérrimamente; olvidando a su vez que si los fieles tienen alguna consideración hacia un sacerdote no es sino por lo que la fe les mueve a recibir su testimonio venido del Señor a quien “representan” como Alter Chistus particularmente en las celebración de los sacramentos, en la plegaria incesante, humilde y confiada, y en la asistencia a los más necesitados.

                                                                          

Nada nuevo bajo el sol…Al comienzo de la humanidad hubo un hermano (Caín)  que mató a otro (Abel)  por la envidia de entregar lo mejor para Dios; Cristo fue vendido por quien se escandalizó un día porque un pecador ungió los pies del Señor con un aroma escaso  y valioso…Sería bueno que de una vez por todas escuchemos a quien no actúa con doblez: “Cálices de oro y sayales roídos” solía decir San Francisco de AsísUna cosa es el debido esplendor de la liturgia, que nace de la convicción de tratar a Dios en medio nuestro y otra es la necesaria humildad de quien se sabe puesto como instrumento de la misericordia y presencia de Dios en medio del mundo pero…¡sin ser mundano!
¡Que Viva Cristo Rey!