jueves, 26 de junio de 2014

CATEQUESIS TERCERA: MISERICORDIA, PECADO, CONFESION


Siendo que Dios creo al hombre y la mujer como culmen del universo, y que además, les encomendó el cuidado de la tierra, fue la única creatura capaz de Dios, de tener una relación de amistad con su Creador.
Cuando Dios creó a Adán y Eva estaban en perfecta armonía con la naturaleza y habían recibido unos dones de estado de justicia y santidad original. Estos dones se llaman Preternaturales y son:
Inmortalidad:   Por la cual el hombre podría no morir.
Impasibilidad:  Por la cual no sentiría dolor ni tristeza.
Integridad:        Por la cual el control de las pasiones estarían sujetas a la razón.
Ciencia:             Por la cual tendría un conocimiento sin error.
Todo lo anterior indica que el hombre en el Paraíso era feliz en plenitud.
 Más, lo anterior provoco la envidia de aquellos ángeles que, como seres espirituales,  tenían la misión de alabar y reconocer la bondad y grandeza de Dios. Ellos prefirieron mirar a quien Dios había creado a su imagen y semejanza. Entonces, de la actitud orgullosa rápidamente pasaron a la envidiosa, recibiendo  misteriosamente una sanción irreparable de Dios. Mientras que al hombre Dios le ofreció su perdón a los ángeles no les perdono.
Como la corrupción de lo mejor es la mayor, de la misma manera que mientras mas alto se esta mas fuerte es la caída, los ángeles originalmente hechos para un fin elevadísimo cual era ser parte del coro del cielo, en otras palabras estar al lado de Dios,  se transformaron en seres abominables y obradores solo del mal. Por lo tanto,  el mal existe solo desde el pecado original consentido por Adán y Eva.
Aquel ángel caído recibe varios nombres: Lucifer: Ángel de luz y belleza, Belcebú: Señor de las moscas: Demonio: Acusador, Satanás: Adversario.
 
 El demonio, siempre miente: no puede dejar de hacerlo, por ello al acercarse a Eva le miente en tres ocasiones: primero afirma que Dios les prohibió de comer de todos los árboles, en tanto que lo que el Señor dijo fue que podían comer de todos excepto de uno. Luego, les dijo que si comían serian como dios es decir, tendrían sus mismos poderes y serian eternos, y sabemos que al momento de consentir el pecado ellos terminarían siendo expulsados del paraíso terrenal, y finalmente les aseguro el demonio que si comían no morirían cosa que finalmente aconteció, pues “pues por el pecado de ellos entro la muerte en el mundo”. Aquellos dones denominados “preternaturales” los perdió el hombre para siempre.
MISERICORDIA Y PECADO:
Todo  el Evangelio nos habla de la infinita misericordia que tiene  Dios hacia cada pecador arrepentido. En efecto, el abrirse a la bondad de Dios exige la confesión personal de las culpas. Sólo puede recibir perdón aquel que se arrepiente de haber obrado mal conscientemente.
 
 Como un médico que descubre la herida antes de curarla, Dios, mediante su Palabra y su Espíritu Santo, proyecta una luz viva sobre el pecado: ”La conversión exige el reconocimiento del pecado”.
En la actualidad el mayor mal que existe es la pérdida del sentido de pecado, vale decir, hay quienes viven pensando que nunca cometen pecados y por lo tanto hacen innecesaria la redención e ineficaz el sacrificio de Cristo. Es la Pasión de Cristo la que nos dice cuán importante es el pecado para Dios.
Es necesario asumir que el pecado es una ofensa a Dios. Porque no se ama no se obedecen los mandamientos de Dios y de su Iglesia: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Sal 51, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”, pretendiendo autónomamente  conocer y determinar el bien y el mal.
 
TIPOS DE PECADO:
De acuerdo  a la gravedad, el pecado se distingue entre  pecado mortal y pecado venial
PECADO MORTAL: Se comete un pecado mortal cuando se dan, al mismo tiempo, materia grave, plena advertencia y deliberado consentimiento. Este pecado destruye en nosotros la caridad, nos priva de la gracia santificante y, a menos que nos arrepintamos, nos conduce a la muerte eterna del infierno. Se perdona mediante los sacramentos del Bautismo y de la Confesión.
PECADO VENIAL: Se diferencia esencialmente del pecado mortal, se comete cuando la materia es leve; o bien cuando, siendo grave la materia, no se da plena advertencia o perfecto consentimiento. Este pecado no rompe la alianza con Dios. Sin embargo, debilita la caridad, entraña un afecto desordenado a los bienes creados, impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la práctica del bien moral y merece penas temporales de purificación, y su impenitente reiteración nos predispone a caer en futuros pecados mortales. 
Añadir leyenda
 
 
Por el pecado el corazón humano queda amarrado y pierda su libertad

 
 
Los vicios, como contrarios a las virtudes, son hábitos perversos que oscurecen la conciencia e inclinan al mal. Los vicios pueden ser referidos a los siete pecados llamados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Para vencer los pecados capitales hay que tener en práctica una serie de virtudes:

 
ACTIVIDAD: LOS NIÑOS REPESENTARÁN LOS PECADOS CAPITALES
 
 
 
SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN:
Toda la vida de Jesús tuvo como objetivo hacernos posible el perdón de Dios. Por ello vino al mundo, nació, vivió, enseñó, padeció, murió y resucitó. Todo para perdonarnos. Por tanto, para darnos ese perdón del cielo instituyó dos sacramentos, primero el bautismo donde se borra el pecado original, y segundo, la confesión donde se borran los pecados confesados desde la ultima vez que nos confesamos.
Cuando nos confesamos es con Cristo que nos confesamos, por ello, este sacramento goza del sigilo sacramental que es protección de la confianza sagrada entre la persona que confiesa su pecado y Dios, y nada ni nadie puede romperlo.
La confesión sacramental debe ser frecuente, es decir en forma mensual con el fin de:
  1. Progresar espiritualmente: como el cuerpo, nuestra alma debe crecer.
  2. Para ser cada vez más fuertes ante el pecado: es necesario  pecar menos.
  3. Para evitar los pecados veniales.
  4. Para purificar progresivamente el alma: desintoxicarla espiritualmente.
  5. Para corregir la inclinación al pecado: vivir en gracia sana el alma.
Para una buena confesión es necesario hacerla en el confesionario, que nosotros debemos exigir usar

 
A).  EXAMEN DE CONCIENCIA:
A la luz de lo que Dios nos hace recordar, y de aquello que tenemos plena conciencia de hacer hecho voluntariamente como un pecado, recordamos, ordenamos nuestras faltas en base a los diez mandamientos, las bienaventuranzas, los siete pecados capitales, los defectos mas frecuentes, los dones que Dios nos ha dado para servirle y las responsabilidades de la propia vocación recibida.
B).  ARREPENTIMIENTO:
Implica reconocer los pecados cometidos, y dolerse de haberlos hecho. Este punto es fundamental para poder recibir el sacramento de la confesión, pues sin el no hay perdón posible. Arrepentimiento es sinónimo de ‘contrición” la cual puede ser perfecta si acaso me arrepiento por ofender el amor de Dios, o bien ‘imperfecta” si es a causa de los castigos que puedo tener por haber cometido un pecado.
C). PROPOSITO DE ENMIENDA: 
Es el acto mediante el cual apoyados en la gracia recibida e implorada prometemos a Dios procurar resueltamente  no volver a cometer el o los pecados que se confiesan, ni algún otro. Esto no significa que en el futuro sea imposible que volvamos a hacer lo mismo, pero si implica hacer un esfuerzo firme por evitar volver a pecar. El católico se caracteriza no por no pecar sino por colocarse constantemente de pie por amor a Dios y su Iglesia. El saber que Dios puede mas que nuestro pecado, hace que podamos tener firmes propósitos  de conversión y cambio radical de vida.
D). DECIR O MANIFESTAR LOS PECADOS:
Esto es propiamente la Confesión ante el Sacerdote. Hay que decir o expresar con claridad al confesor los pecados tanto en numero (cantidad de veces) como en especie (de que se trata). Callar voluntariamente uno de los pecados hace nula la absolución, y además, aumenta la gravedad de la falta. Es fundamental saber que Jesús instituyo la confesión para darnos su perdón, por eso hay que acercarse al confesor tal como lo haríamos con Jesús.
Luego que uno dice todos los pecados y antes que el sacerdote imparta o diga las palabras de la absolución el penitente reza el llamado acto de contrición, sea el “Yo pecador” o el que se hace durante el acto penitencial de la Santa Misa, el “yo confieso”:
* YO PECADOR:
Me pesa Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Me pesa por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho mas me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Tu, antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente ayudado por tu divina gracia, no pecar mas y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amen.
* YO CONFIESO:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre virgen, a los Ángeles, a los Santos, y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Amen.
La absolución (significa “desatar”) son las palabras que el confesor dice para liberarnos del pecado:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el misterio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Catecismo de la Iglesia Católica n. 1449).El penitente responde: “Amen”.
 
E). CUMPLIR LA PENITENCIA:
El sacerdote al momento de darnos la absolución ejerce como médico que sana, como maestro que enseña y como juez que emite sentencia. La sanción se llama penitencia que debe cumplirse inmediatamente  una vez terminada la confesión.
Suelen darse diversas formas de penitencia: realizar un acto de caridad, decir una o varias oraciones, hacer una peregrinación, ayunar. De igual manera, el penitente puede proponer alguna penitencia que estime necesaria y esta sea aprobada por el confesor, en tanto que puede haber necesidad de restaurar el mal hecho a causa del pecado.


 
BREVE EXAMEN DE CONCIENCIA PARA PRIMERA COMUNIÓN:
 
Pecados contra el primer mandamiento: 
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
1.      ¿Te has confesado sin arrepentimiento o has dejado de hacer la penitencia que te dejó el sacerdote?
2.      ¿Callaste algún pecado grave en tu confesión anterior?
3.      ¿Has comulgado sabiendo que estás en pecado grave?
4.      ¿Has hablado mal de Dios, la Virgen, el Papa o la Iglesia?
5.      ¿Te has enojado y desesperado con Dios?
Pecados contra el segundo mandamiento: 
No jurarás el nombre de Dios en vano.
1.      ¿Has jurado hacer algo malo, como vengarte o hacerle daño a alguien?
2.      ¿Has blasfemado?
Pecados contra el tercer mandamiento: 
Santificarás las fiestas.
1.      ¿Has dejado de ir a misa en algún domingo o fiesta de precepto?
2.      ¿Has estado distraído en la Santa Misa, jugando y platicando?
Pecados contra el cuarto mandamiento: 
Honrarás a tu padre y tu madre.
1.      ¿Has desobedecido a tus papás?
2.      ¿Te has burlado de ellos?
3.      ¿Les has hablado de mala manera y sin respeto?
4.      ¿Les ayudas en las labores de la casa y en el cuidado de tus hermanos?
Pecados conta el quinto mandamiento: 
No matarás.
1.      ¿Has deseado que alguien muera o que le pasen cosas graves?
2.      ¿Has hablado mal de alguien más?
3.      ¿Te has negado a perdonar a alguien?
4.      ¿Estás enojado con alguien?
5.      ¿Te has negado a pedir perdón cuando has ofendido a alguien?
6.      ¿Has sido causante de que alguien más cometa un pecado?
Pecados contra el sexto mandamiento: 
No cometerás actos impuros.
1.      ¿Has cometido acciones que son deshonestas y que te avergonzaría que se supieran?
2.      ¿Has visto películas, videos o fotografías que no son buenas?
3.      ¿Has tenido conversaciones que nos son buenas con alguien más?
Pecados contra el séptimo mandamiento: 
No robarás.
1.      ¿Te has quedado con algo que no es tuyo?
2.      ¿Has ayudado a que alguien más robe algo?
3.      ¿Has hecho voluntariamente daño a las cosas de otras personas?
4.      ¿Has hecho trampa en los juegos para ganar?
5.      ¿Has copiado en tus tareas o exámenes?
Pecados contra el octavo mandamiento: 
No mentirás.
1.      ¿Has dicho mentiras a tus papás?
2.      ¿Has dicho mentiras a tus maestros?
3.      ¿Has dicho mentiras de alguien más para perjudicarlo?
4.      ¿Has hablado mal de alguien más?
Pecados contra el noveno mandamiento: 
No consentirás actos impuros.
1.      ¿Has consentido pensamientos impuros?
2.      ¿Has imaginado que haces cosas malas contra otras personas?
Pecados contra el décimo mandamiento: 
No desearás los bienes ajenos.
1.      ¿Has intentado robarle o dañar las pertenencias de alguien más, aunque al final   no lo hayas conseguido?
2.      ¿Has sentido envidia por las cosas buenas que le pasan a los demás?
3.      ¿Has sentido envidia por las cosas que tienen otros que tú no tienes?
 
 

 
 
 
 
 

 

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